A sor María de la Consolación
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Al vago de las celestes liras del viento que divaga en la arboleda cantas, y no se sabe si suspiras o si es el ruiseñor que te remeda. Tus negros ojos de mirar doliente no sé en qué cuadro de Rosetti he visto, y me recuerdan inconscientemente los ojos melancólicos de Cristo. Amo por dolorosa tu belleza: tu dulce faz de virgen mártir viene coronada de mística tristeza. Y vale más que todo lo que existe tu romántico espíritu, que tiene la suprema elegancia de lo triste. |
lunes, 29 de febrero de 2016
POESÍA DE MEDARDO ÁNGEL SILVA
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